- Lo mas cercano a la perfección
- Messi e Iniesta convertidos en dioses
- Márquez y Alves eclipsaron a Tony y Ribery
De momento, las cosas no pueden ir mejor. Líderes en la Liga, finalistas en la Copa del Rey... y con un pie en las semifinales de la Champions. ¿Qué más se puede pedir?. Desde luego, no jugar mejor a fútbol, porque es casi imposible. El Bayern de Múnich, un gigante en horas bajas, fue un juguete en manos de los de Pep Guardiola. Y poco pudo hacer para salvarse del naufragio, porque el Barça no le dio otra opción.
Messi estelar: Dos goles y una asistencia
Como casi siempre, el Barça encontró la fórmula para abrir el marcador en la visión de Xavi y en la definición de su tridente mágico. De sus botas partió un pase perfecto para Messi que cruzó ante Butt para el 1-0 a los ocho minutos. El Bayern, que no salía de su campo y era incapaz de superar la primera línea de presión local, encajó el segundo cuatro minutos después tras una asistencia de Leo a Eto'o que el camerunés transformó en el 2-0. El Barça se exhibía y ponía rumbo a su penúltimo destino antes de Roma. El Bayern parecía haber arrojado ya la toalla.
Pero el festival de Leo tenía más capítulos. El primero lo frustró Webb en un penalti de Lell a Messi y que costó la expulsión de Guardiola. Ese incidente distrajo algo al Barça. Fue un suspiro ya que enseguida Xavi e Iniesta volvieron a tomar el control en la medular y Henry, en un completísimo partido, actuó de rompehielos por la izquierda para centrar y que Leo se adelantara a todos y apuntillara el 3-0. La afición se frotaba la cara en las gradas alucinada por un 3-0 que se amplió al filo del descanso en el merecido premio para Henry en una acción de tiralíneas en pleno rondo azulgrana. Partido y eliminatoria decidida a falta aún de 45 minutos en Barcelona y 90 en el Allianz Arena.
Iniesta, el nuevo jefe
Con Henry en el banquillo para descansar, el Barça no aflojó en el tramo final donde Iniesta destapó su tarro de las esencias haciendo de extremo por la izquierda. Sus slaloms no obtuvieron el merecido premio del gol aunque el Camp Nou premió al manchego con una sonora ovación. De sus botas precisamente llegó la última ocasión para el 5-0 en un disparo de Messi que sacó Keita de forma involuntaria.
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