- "Chinga tu madre, sucio hijo de puta", le dijo el delantero francés Nicolas Anelka a su seleccionador, Raymond Domenech, en el descanso del partido entre Francia y México del pasado jueves, según informan los enviados especiales del diario galo "L'Équipe" a Knysna.
AGENCIAS- El insulto tuvo lugar en el vestuario después de que el técnico reprochara al atacante su posición en el esquema del equipo, que consideró insuficientemente ofensiva.
Anelka mostró su desacuerdo con Doménech y el seleccionador amenazó con dejarle en el banquillo. Entonces el jugador del Chelsea pronunció el insulto ante el resto de sus compañeros y el técnico sentenció: "Está bien, sales".
"Sí, claro,..", aseguró el jugador, que se quedó en el vestuario tras el descanso sustituido por el jugador del Toulouse Pierre-Alain Gignac.
Los enviados del diario aseguran que tras la derrota del equipo ante México por 0-2, lo que deja su continuidad en el Mundial de Sudáfrica pendiente de un milagro, Anelka exhibió una actitud displicente, como si el fracaso no fuera con él.
Los enviados especiales de la prensa francesa se hacen también eco del gesto insultante de William Gallas a un periodista de la televisión TF1 que le pidió una entrevista en directo al término del encuentro.
El jugador hizo la britney-señal sin ni siquiera molestarse en responder al reportero.
También aseguran que, antes del partido, los más veteranos del grupo se mostraron sorprendidos con la alineación de Sidney Govou como titular ante México, pese a que el jugador del Lyon fue uno de los más criticados por su rendimiento en los pasados encuentros, en particular en el debut mundialista de Francia ante Uruguay (0-0).
Estas acciones muestran el mal ambiente que se vive en la concentración francesa, donde varios jugadores están enfrentados entre sí.
El caso más paradigmático es el de Yohann Gourcuff, que mantiene un enfrentamiento larvado con Frank Ribéry y el propio Anelka.
No es la primera vez que el jugador del Chelsea se enfrenta a un seleccionador francés.
En 2002 se negó a acudir a una convocatoria de Jacques Santini porque el técnico le había llamado para sustituir al lesionado Govou, lo que consideraba un agravio a su calidad.
La excusa del jugador para no acudir a la llamada de Santini fue que no se sentía respaldado por un cuerpo técnico que sólo le utilizaba para "tapar un agujero".
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